martes, 19 de octubre de 2010

Lunahuana



Lunahuaná, Capital Turística de la Provincia de Cañete, es la tierra de camarones gigantescos, de vinos, piscos y canotaje extremo, con sol todo el año para los amantes de los deportes de aventura y para los que deseen disfrutar las bondades del campo, a tan sólo dos horas y media de Lima. Un lugar ideal de gente amigable y acogedora que han asentado sus bases en estas tierras privilegiadas bañadas por el río Cañete.


Por su geografía Lunahuaná cuenta con un envidiable microclima que le otorga sol todo el año y el caudal suficiente para que sea navegable su río. Cabe destacar que este poblado ya se ha convertido en epicentro turístico nacional e internacional. Los atractivos turísticos de la zona son su inmejorable clima, el canotaje, el circuito del pisco y su deliciosa gastronomía.


Pero en Lunahuaná no es todo deporte y aventura. Es historia. Es el legado arqueológico de un pueblo que se remonta a los albores del Perú ya que existen evidencias que los primeros pobladores llegaron a esta zona entre los 6000 y 2000 a.C. Sin embargo, fue durante la expansión del Imperio de los Incas que Lunahuaná se convirtió en la segunda ciudad más importante del imperio comandado por Pachacútec.



Aquí destaca las ruinas de Incahuasi, ubicadas a 10 minutos de Lunahuaná. Aunque es poco conocido, este complejo arqueológico es impresionante y consta de una serie de edificios ceremoniales, como el palacio inca, los graneros, la fortaleza, las casas y canales de regadío. La entrada cuesta solo un sol y el tour guiado tarda unos 30 minutos. Un baño de historia que vale la pena tomar.


Y si la adrenalina es su opción de viaje, Lunahuaná es un destino turístico donde la aventura está bastante presente. En principio, porque los rápidos del río Cañete son los mejores para la práctica del canotaje y poder experimentar la emoción de descender por los emocionantes rápidos de este río. Es impresionante observar a las multicolores balsas o kayaks aferrarse a sus agitadas aguas, y ver la adrenalina en los rostros de los balsistas que, en un recorrido de 20 minutos, tiene una historia de aventura que contar.
Al terminar de deslizarse por los emocionantes rápidos del río Cañete, quedarán varias horas por delante para seguir disfrutando. Las caminatas siguiendo la rivera del río son bastante divertidas, aunque le recomendamos usar un buen repelente y bloqueador solar. Cabalgar por el campo también puede ser agradable. Por 10 soles por caballo, se pueden recorrer varios kilómetros en la zona de Paullo. Quédese tranquilo, un guía los acompañará en todo momento.

Y para el momento de la degustación y el descanso obligado ante el vértigo de la aventura, en Lunahuaná existen más de 50 restaurantes, y una cantidad similar de hoteles y hospedajes de todos los precios. Aquí, el camarón es el plato obligado. Grandes y deliciosamente preparados, son los protagonistas principales de cualquier mesa. Por el precio, ni se preocupe. Los platos a base de camarones, como las causas o los tacu tacus, no pasan de los 25 soles.


Y si hablamos de comida también debemos mencionar la bebida preferida de la zona: el pisco. Más de 15 bodegas producen piscos y vinos. Cada una tiene sus propias viñas y sus alambiques. Estas bodegas forman parte del recorrido turístico. Un paseo por sus instalaciones y una posterior degustación harán que queramos, como ellos, a nuestra bebida de bandera. Antes de que caiga la tarde, se puede visitar el museo del pisco en la bodega Rivadeneyra.

¿Qué llevar? Short, polos, gorros, casaca ligera, repelente contra los mosquitos, bloqueador solar, cámara de fotos, zapatillas, ropa de baño y, eso sí, muchas ganas de pasar un inolvidable fin de semana en este paradisiaco lugar del sur de Lima

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